Saber mirar, es lo que añoro hoy. Acudo a mi memoria para evocar, para convocar... Gentilmente acciono manivelas, ensayo trucos, resucito ensalmos.
Saber mirar es arte, claro; más diria: es puntería, juego y acertijo. Las cosas, aquellas que importan, no están donde se las espera, no. El buen mirador deplora probabilidades. Antes, explora ángulos, desvía sencillamente su mirar por vectores próximos, por bucles escondidos. El buen mirar es recatado y sinvergüenza, a la vez.
El buen mirar no es juego para codiciosos ni para glotones. Pide generosidad del alma, y una relación afable com la vida (aquel que apenas busca no siempre encuentra; encuentra el que, buscando, se ofrece al objeto buscado).
Mirar, buscar, es ofrenda, antes de ser hallazgo.
Mirar, buscar, es ofrenda, antes de ser hallazgo.
Cuando el buen mirar es coronado de êxito, el mirador sabe inmediatamente. El efecto es una lluvia fina que nos sosiega, y un detener del bruto tiempo. En un segundo inmóvil, cien cosas pasan, a nuestros ojos ofrecidas como en una tómbola de forma y color. No solo las vemos, también las sentimos y las amamos. Ellas se funden, se combinan, y el mundo parece rebosar de coincidencias inexplicables.
El buen mirador no se asusta, antes festeja gozoso el fruto caleidoscopico de su mirar, resistiendo toda tentación de explicación a través de la mística o la religión.
El buen mirador no se asusta, antes festeja gozoso el fruto caleidoscopico de su mirar, resistiendo toda tentación de explicación a través de la mística o la religión.
es siempre tal placer de ver sus pensamientos, como una película de cuadros
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ReplyDelete"Saber mirar, es lo que añoro hoy". De acuerdo, comprendo. Me ha gustado el recorrido circular de pensamientos e ideas que parten y concluyen en la frase.
Gracias
Besos